LOS GALGOS, LOS GALGOS | SARA GALLARDO

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Al morir su padre, Julián hereda Las Zanjas, paraíso natural que ocupa con desconcierto y alegría. Siempre custodiados por Corsario, el galgo gris, y Chispa, la dorada compañera que eligen para él, Julián y su novia Lisa construyen una casa, plantan árboles, andan a caballo por los bañados y se aman sin saber que el mal que avienta los amores no ronda afuera, sino que anida dentro de uno. A Julián, que según sus propias palabras "nunca ha sabido hacer nada salvo no hacer nada", se le ocurre convertirse en estanciero productivo, y las novedades llegan a Las Zanjas: tres toros insolentes, un tractor y un encargado ambicioso. Las peripecias desencadenadas por el cambio llevan al protagonista de esta historia hasta París, y después de tres años, de regreso a Buenos Aires. Sensible e indolente, Julián se debate en un mundo que parece no tener lugar para él, mientras el tiempo corre, veloz como los galgos amados.

 

Sobre la autora:

Nació en Buenos Aires en 1931. Nieta del célebre naturalista y ministro argentino Ángel Gallardo, bisnieta de Miguel Cané y tataranieta de Bartolomé Mitre, la amplia biblioteca de su casa familiar le abrió tempranamente las puertas de la literatura. Enero, su primera novela, apareció en 1958 y obtuvo excelente recepción crítica. Le siguieron Pantalones azules (1963) y la extraordinaria Los galgos, los galgos (1968), que la consagró ante el gran público y con la que ganó el Premio Municipal. Además de novelas, escribió literatura para niños y un libro de relatos (El país del humo, 1977). Fue también colaboradora de las revistas Primera Plana y Confirmado, entre otras, así como del diario La Nación. Eisejuaz (1971) la confirmó como una voz sin paralelo, lo que también significó su marginalidad relativa en los relatos canónicos posteriores de la literatura argentina, circunstancia que se ha ido revirtiendo en la última década y media gracias a la reedición de gran parte de su obra. A fines de los años setenta dejó la Argentina y comenzó a trabajar como corresponsal en Europa. Murió en Buenos Aires en 1988.

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