CORDELIA ES LA MUERTE | SIGMUNG FREUD

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El rey Lear entra en escena cargando el cadáver de su hija Cordelia luego de que la envidia de las hermanas provocara su muerte. La comparación de estos personajes de Shakespeare -y de muchos otros relatos- con las moiras griegas que deciden quien vive y quien muere, es la interpretación que explora Sigmund Freud en uno de los ensayos de este libro.

Basándose directamente en la literatura, en la biografía y psicología de los autores, ejemplos de pacientes y en la mitología que circunda las obras, “el padre del psicoanálisis” profundiza en el significado de El mercader de Venecia, las múltiples facetas de Dostoievski, la memoria de Goethe sobre su infancia, una acuciosa interpretación de El Moisés de Miguel Ángel y las razones por las que Leonardo da Vinci dejó su obra artística por la investigación. Además, en esta selección de textos, desde su perspectiva y conocimientos, Freud desarrolla reflexiones en torno a la creatividad y la estética, con las que aborda las obras de arte y literatura que fueron de su interés.

 

Sobre el autor:

Sigmund Freud (Príbor, 1856 – Londres, 1939). Pasó la mayor parte de su vida en Viena, donde creció en una familia judía, estudió medicina, se especializó en el sistema nervioso central y, posteriormente, se dedicó al tratamiento de la neurosis. Desarrolló un modo de comprender al psiquismo humano en general, la enfermedad y la psicoterapia, al que llamó “psicoanálisis”. Fue un escritor prolífico, que dejó un importante volumen de obras principalmente sobre su teoría del psiquismo y sus aplicaciones clínicas. Sus intereses fueron muy amplios, dedicando muchos artículos y libros a temas como la religión, los mitos, la antropología y la cultura. Uno de los elementos que atraviesan su pensamiento fue un intenso interés por el arte y la literatura. De adolescente desarrolló un vivo interés la lengua castellana, motivado principalmente por la obra de Cervantes. Junto con su amigo Eduard Silberstein decidieron aprender castellano por su propia cuenta, formando la “Academia Castellana”, de la cual eran sus únicos miembros. Debido al intenso acoso que sufrió él, su familia y su obra tras la anexión de Austria por parte de la Alemania Nazi, se vio obligado a trasladarse a Londres. Falleció en 1939, con los comienzos de la Segunda Guerra Mundial, agotado por un cáncer que lo afectó durante dieciséis años.
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